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viernes, 9 de diciembre de 2011

TERRORISMO ECONÓMICO

Echo de menos a nuestro gran Berlanga mostrándonos a la sociedad del siglo 21. Y es que no es para menos, después de la cantidad de casos de corrupción que se han destapado y los que seguro siguen ocultos. Al recordar los conocidos casos de la época felipista y la de Aznar, no puedo por menos que preguntarme que cómo es posible olvidar tan fácilmente y tan rápidamente. Seguramente, pienso, porque es más productivo callar las faltas del vecino para que no destapen las tuyas, o al menos darle una mínima importancia.

Valencia, Baleares, Pepe Blanco, ahora un miembro de la Casa Real, ... y banqueros que cobran una millonada "dirigiendo" cajas y bancos en pérdidas o en quiebra. ¿Cómo es posible que la sociedad permita estas situaciones? ¿Es que somos ciegos? ¿Cuantos miles de millones nos cuesta la broma?

Y, aún peor, la nula intervención de quienes tienen el poder de intervenir y arreglar el asunto. Se habla de que el fraude fiscal podría solucionar la crisis -dicen que el fraude está en torno a los 70 mil millones anuales-. ¿Acaso estamos esperando a caernos por el precipicio? A lo mejor, como somos tan drásticos, queremos aplicar el dicho de "levántate y anda" o a lo mejor descubrimos cosas que no es deseable que conozcamos.

Para luchar contra el terrorismo no se escatimaron recursos tanto humanos como materiales. Los resultados ahí están: grupos terroristas desaparecidos y una ETA que parece haber sido extinguida.

Parece que cuando se quiere se puede; entonces, ¿qué motivos impiden que se multipliquen los medios para luchar contra la corrupción y el fraude? ¿Acaso lo que ocurre en nuestro país no es terrorismo económico?... ¡pais este!

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